Hay que ser conscientes de que lo que nos provoca malestar o ansiedad no son los eventos, sino como vinculamos las emociones a éstos.
Prestar atención con intencionalidad
En primer lugar, mindfulness consiste en prestar atención con “intencionalidad”. El mindfulness requiere una dirección consciente de nuestra consciencia. A veces se habla de “mindfulness” y de “consciencia” como si fueran términos intercambiables aunque no es así.
Abandonada, la mente deambula por todo tipo de pensamientos, incluidos los que expresan tristeza, venganza, odio, deseo, etc. A medida que tenemos ese tipo de pensamientos, los reforzamos y nos provocan sufrimiento.
Además, la mayor parte de esos pensamientos son sobre el pasado o sobre el futuro y según la filosofía que acompaña al mindfulness, el pasado no existe y el futuro será una fantasía hasta que suceda. El único momento que experimentamos es el presente y parece que es el que tratamos de evitar.
Por tanto, en mindfulness se trata de darse cuenta de qué está pasando ahora mismo. No significa que no podemos pensar más en el presente o pasado, pero cuando lo hacemos será con atención plena.
Al dirigir voluntariamente nuestra consciencia hacia el momento presente -y alejarla del pasado y futuro-, creamos un espacio de libertad donde la calma y la alegría pueden crecer.
El mindfulness es un estado emocional no reactivo. No se juzga si una experiencia es mala o buena y si juzgamos, nos damos cuenta de ello y lo dejamos ir.
Con mindfulness no nos disgustamos porque experimentamos algo que no queremos o porque no experimentamos lo que nos gustaría. Simplemente aceptamos lo que surja y lo observamos con atención plena. Nos damos cuenta de como surge, como pasa por nosotros y como cesa de existir.
No importa si es una experiencia placentera o dolorosa; la tratamos del mismo modo.
Con mindfulness se es consciente de que ciertas experiencias son placenteras y otras displacenteras pero en el nivel emocional, simplemente no se reacciona.
Un equipo internacional, entre ellos Mark Williams -un psicólogo de la Universidad de Oxford-, han realizado estudios sobre el mindfulness como tratamiento para la depresión recurrente. Sus resultados han sido tan positivos que el Instituto Nacional de Excelencia Clínica en Estados Unidos, la ha recomendado como un tratamiento para ello..
Para desarrollar estas habilidades en la vida diaria, puedes intentar estos ejercicios que se usan en el programa MBSR de Kabat-Zinn:
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